Por Jo Ellen Kaminski
„Todo el que oye mis voz…ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).
A la edad de diecinueve años, fui bautizada en la iglesia católica Romana. Yo había estado buscando a Dios, y pensé, que había encontrado en verdadera relgión en el catolicismo. Mi nueva fe fue de gran fortaleza para mí, peron en pocos años comencé a experimentar problemas espirituales. Yo deseaba la seguridad de salvación, pero la paz me dejó.
¡Yo, ni siquiera estaba segura del purgatorio! Mientras tanto, yo estaba esperanzada de que a través de mis „buenas obras” Dios me diera crédito de mi „registro espiritual”, librándome de lo anterior por completo. El pensar en el purgatorio me causaba mucho terror.
Miedo e Incertidumbre
Una mañana, después de la misa, mientras yo estaba cerca del „altar purgatorial”, en mi mente pude escuchar ruegos de los que habían muerto – salvos, pero condenados a sufrir. Dese las cuevas de muerte, ellos parecían llamar. Esto me molestaba; que la iglesia enseñara que Dios no los ayudaría; pero que ocn mis oraicones y yendo a las misas podía lograrlo, esto era muy extraño para mí. Mientras que en las misas había que donar dinero, yo tan sólo oré. Esto parecía fuera de balance. Yo dejé la iglesia ese día incómoda y perpleja.
Cada confesión era una experiencia traumática, pero la iglesia enseñaba que era un sacramento de Dios para perdonar. Sin ésto los pecados no podían ser perdonados. La salvación ciertamente parecía una aventura, y a Dios se le hacía imposible complacer; consecuentemente, yo fui a María y a los santos para la oración intercesora, esperanzada de que ellos me metieran por el ojo de la cerradura si Dios cerraba la puerta.
Después de cinco años de este miedo e incertidumbre, yo comencé a ser extremadamente escrupulosa. El ser escrupulosa es una plaga de los „nerviosos espirituales” que tan sólo los católicos escrupulosos entienden. Se necesita el consejo de los sacerdotes, mucha oración y sobre dos años para curarme. Para este tiempo yo estaba afectada emocionalmente y espiritualmente liciada.
Comenzando a Ser Monja
Por causa de todas estas cosas, consideré seriamente hacerme una monja para salvar mi vida y servirle a Dios de quien tenía sed y añoraba complacer a pesar del malestar en Su compañía. Yo pensé, que al hacerme monja, Dios me consideraría más en el juicio. Las monjas son llamadas „las novias espirituales” de Cristo. Esto sonaba muy bien para mí”.
En diciembre 8 de 1966, yo entré al convento Benedictino. Al principio yo estaba emocionada con mi nueva vida. Desesperadamente yo quería quedarme, pero desde el principio, el temor de que no podía quedarme me desconcertó. Dios ? sobre mí como un espíritu burlón, me sacó del convento poco antes de la Navidad. Dios usó mis noches sin sueño para bregar con el deseo de quedarme.
Una noche, yo tuve un pensamiento persistente que continuó repitiéndose, „confía en Mí, confía en Mí”. Yo entendía por ese mensaje que una grna oscuridad espiritual estaba frente a mí; Cristo estaría conmigo, pero yo tenía que continuar por fe. Luego, me ví impulsada a creer que yo tenía una vocación para ser misionera. Esto fue tan confuso y aterrador que el próximo día le pedí permiso a la señorita novicia para ir a confesarme. Después que le ralaté mi experiencia al sacerdote, él me dijo que una larga oscuridad espiritual estaba enfrente y que yo tenía que irme solamente por fe.
Ritual Vacío
Pocos días después, yo solicité dejarlo para irme; destuída y confundida, planficando entrar al („MaryKnoll Missionary Order”) en agosto. Sin embargo, Dios tenía otros planes. Luego de haber discutido con el sacerdote sobre mi desición de dejar el convento, yo quedé perpleja cuando él me dijo que yo no tenía ninguna vocación religiosa. Fue en este tiempo cuando las dudas acerca de la validez de la iglesia Católica Romana empezó a aprendarse de mi pensamiento. Cuando yo le dije a ese mismo sacerdote que yo estaba perdiendo mi fe católica, el me dijo, „¡Tu no tienes que hacerlo, si no quieres!”, ¿luego qué?
Mientras el tiemp pasaba, yo comencé a sentirme muy infeliz, misa, oraciones, y todo el repertorio era tan vacío y sin significado que yo dejé de ir a los servicios, convencida al mismo tiempo que yo no iría al infierno si yo no iba a la misa a propósito. Yo llegué a la conclusión de que el catolicismo no era lo que yo creía, el Papa no era infalible, y la Iglesia Católica no tenía la verdad completa, a pesar de sus reclamos. Yo sabía que tenía un problema espiritual, pero también sabía que ningún sacerdote me podía ayudar.
Como resultado de todo ésto yo misma me excomulgué del romanismo y puse mi dilema espiritual en las manos de Dios, esperando en que Él me mostraría el camino.
Una „Pródiga Espiritual
Por casi dos años, yo fui una „pródiga espiritual”. Durante este tiempo me casé con un católico que compartió mi confusión. cuando nuestro primer niño nació, yo estaba preocupada sobre el bautismo. aunque yo era una católica renunciante y había dejado la iglesia, vestigios de su influecnica quedaban en mi mente. Entonces, atemorizada fui a confesarme, asistí a la misa, y recibí sacramentos. Luego bauticé a mi hijo. Libremente, traté de arreglar mi „colcha llena de retazos religiosos”. A pesar de la obediencia a los prodedimientos de la iglesia después de ese lapso, yo no tenía paz en mi espíritu y nada me ayudaba. Yo oré con fervor por entendimiento y ser llena del Espíritu Santo. En un corto tiempo, Dios me contestó las oraciones.
Un día, 4 años más tarde, mientras oraba por la verdad espiritual, yo fui dirigida a leer la Biblia. Muy pronto, una amiga cristiana, me invitó a una clase bíblica. Fue en esta clase que el Espíritu Santo empezó a poner las ramintas en el nido. Él estaba construyendo en mi corazón, para preparar Su morada. Después de numerosas clases bíblicas y guianza del predicador que enseñó estas clases, yo comencé a ver contradicciones dolorosas entre la Palabra de Dios y la Iglesia Católica Romana. Cuando leí a Mateo 1615-18, el Espíritu Santo me reveló que Cristo, no Pedro era la „Roca” en la cual la iglesia había sido fundada. Siendo Cristo el verdadero fundamento; ¿fue Pedro alguna vez Papa? En Marcos 7:9 Jesús dice: „Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición”. Ya yo sabía que el „papado” era una tradición de la iglesia Católica Romana, entonces, cuando la verdad de estas Escrituras traspasaron mi corazón, el Papa, literalmente cayó de su trono. Todavía, yo no tengo contestación por mi propia salvación para tomar el lugar de la iglesia Católica Romana.
Nuevo Nacimiento en Cristo
Un día en mi hogar mientras meditaba sobre Juan 5:24 „De cierto de cierto te digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”. La final atadura con el catolicismo se desmoranaron y las cadenas con Roma cayeron. El Espíritu Santo me sacó de la jungla del catolicismo y me puso en las ricas praderas de la Palabra vivificante, Jesucristo. Esto no es obra de hombres sino el regalo de Sios por gracia a través de la fe. „Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios” (Efesios 2:8).
En lugar de mi deseo de ser la novia espiritual de Cristo como una monja, yo estaba recibiendo el regalo del nuevo nacimiento y cubierta, no con las vestimentas del hombre, sino con la gracia del Señor Jesucristo, haciéndome una hija de Dios. „Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había resucitado de los muetos. Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume” (Juan 1:12,13). „Respondió Jesús y le dijo: De cierto, decierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
Como una creyente nacida de nuevo, yo no traje ropas de santificada cuando recibí a Cristo como Salvador de mi vida. Más bien, Él me vistió de su gracia y me presentó al Padre como una salva y heredera del cielo en ese momento.
Salvación En Cristo Solamente
Yo estaba en una gran paz espiritual después que encontré la salvación en Cristo por la fe unicamente. Una vez que volvía Él por Su gracia, nunca volví a otra misa, nunca más recé el Rosario ni me confesé con el sacerdote. Yo sabía que estaba segura en Cristo como lo dicen las Escrituras. „Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios”.
Otras escrituras que me confirmaron la verdad de que la salvación está en Cristo Jesús solamente fue en Hechos 4:12: „Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Y I Timoteo 2:5: „Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. María también necesitaba un Salvador; en el magnifical, ella oró, „Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (Lucas 1:47).
Dios también me enseñó en Hebreos 10:10-14 que la misa claramente, no fue ordenada por Él porque, „En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”.
No hay obras que puedan salvarme o a cualquier otra persona. „Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5). „Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Proclamando la Verdad
Después de nacer de nuevo, yo le escribí a cada sacerdote católico y amigos que conocía, al igual que a la profesora novicia y les hablé del Evangelio de Cristo. Con cada católico, con quien me encontraba en ese tiempo, yo trataba de compartir las buenas nuevas. Por un año y medio yo trabajé en el convento en el hogar de cuido y continué manteniendo esas amadas hermanas en mi corazón y ruegos. Por algunos años yo había trabajado en un hospital, en hogares de cuido y en cuidado privado como una enfermera de primeros auxilios. También comencé unas clases para licenciarme como enfermera práctica, pero ésto no trabajó bien conmigo. En el presente yo estoy trabajando en el „Caring Presence Home Health Care Agency” dánddole toda clase de cuidado y servicio a personas ancianas en sus hogares. Yo tengo la esperanza de tener muchas oportunidades de hablar de Cristo y Su regalo de Salvación.
Otra manera que espero para traer gloria al Señor es escribiendo cuentas Cristianas y artículos para niños. En el presente, cinco han sido seleccionadas para publicación.
Uno de mis primeros intentos para regar el Evangelio fue escribir me testimonio y publicarlo en forma de tratado. Yo no sabía lo que iba hacer con las primeras mil copias, pero el Señor encontró un lugar para todas ellas. Desde entonces, yo he tenido mi historia publicada en español y tres idiomas de India, Hivi, Telegu y Tamil-Nadu. Ha sido usado grandemente en los Estados Unidso, India, Ghana, Africa, Uganda y otros países de habla inglesa. De los comentarios que he oido, mi querido Señor ha usado ? cuento de Su gracia, amor y misericordia para ayudar a muchos otros. Ha sido publicado en cuatro revistas y dos cartas de mensajes. Por completo, esto es la obra del Espíritu Santo.
En el presente soy miembro de la Iglesia Bautista Otis en Carlshad, Nuevo Méjico, donde mi esposo y yo hemos estado viviendo desde abril 17, 1996. Yo he sido entrenada en curso de Evangelismo de niños y enseñé en los clubes de las Buenas Nuevas, en la escuela de verano y otros grupos. Yo he estudiado y leído la Biblia en su profundidad, he participado en muchos estudios bíblicos y leo y continúo leyendo muchos libros cristianos y revistas.
Yo tengo un hijo, James, y una muy querida nuera, Dana, quienes viven en Boise, Idaho. Mi hijo y su esposa nacieron de nuevo y han sido bendecidos con dos niños, una niña, Kaela, de la edad de seis años y Michael de cuatro años. Como abuela, me da mucho placer compartir libros cristianos, videos, y otros materiales para ayudarlos a crecer en el conocimiento del Señor Jesucristo.
La paz y el gozo han aumentado a medida que me ha acercado más a Cristo y Su Palabra. Yo le doy gracias con todo mi corazón, alma y espíritu por Su regalo de vida eterna. Cooperando con Su gracia, yo deseo hablar por Él a la medida que Él me guía. Yo ruego que cada católico pueda responder a la verdad de la Palabra de Dios, que puedan conocer al Señor Jesucristo y la verdad los hará libres.